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LA NUEVA ERA DE CORTADORAS DE AGUA CON ABRASIVO RECIRCULADO 

El Waterjet Abrasive Recycling Dispenser (WARD), de­sarrollado hace 2 años y medio, permite ahora quitar el lodo mineral del tanque de la máquina cortadora de agua y recircularlo. Los operadores de la máquina han alcan­zado un 50% o más de recirculación del abrasivo para poder usarlo de nuevo. Este adelantamiento promete re­volucionar toda la industria de maquinas cortadora de agua. Las compañías que desechaban su abrasivo usado ahora pueden recircularlo, ahorrando miles de dóla­res cada mes. Este ahorro se puede aplicar a las ganan­cias de la compañías, puede servir para comprar equipo nuevo o puede transmitirse al cliente en forma de precios más bajos. 

Pero, exactamente, ¿cómo se puede pasar del lodo mi­neral mojado y sucio al abrasivo seco y limpio para usar­lo de nuevo?

El WARD utiliza una serie de tubos de enfoque paten­tados, todos encendidos automáticamente, para extraer el lodo del tanque y transportarlo a la máquina, donde se lava y se pasa por varias cribas. El granate que resulta demasiado pequeño y los pedazos pequeños del material cortado se caen en la criba principal. A veces, este abra­sivo corta más rápido que el abrasivo nuevo, debido a un porcentaje más bajo de partículas corrompidas. Durante los lavados, el agua del tanque de la máquina sólo usa 1.9 -3.8 l. de agua fresca por minuto durante el enjuague final. Toda el agua se devuelve al tanque. El abrasivo re­circulado se puede usar de nuevo inmediatamente o mez­clar con abrasivo nuevo, según la necesidad de cortar.

Una empresa de máquinas cortadoras de agua con una bomba de 75 kw puede consumir 1.36 kg. de abra­sivo cada minuto. Si la compañía compra el granate a 0.35 dólares por libra, gastaría 63.00 dólares por hora en abrasivo, lo que costaría 630 dólares por cada 10 horas de operación. Con un WARD 24 y cortando materiales más suaves, esta misma empresa podría reclamar el 70% del abrasivo, ahorrando más de 9000 dólares cada mes. Con estos ejemplos de ahorros mensuales, la recircula­ción del abrasivo es clave para las oportunidades comer­ciales.

Miles de partículas minerales, pequeñísimas, rojas y cristalinas, rodeadas de litros de agua bajo una presión

altísima, explotan a una velocidad de miles de kilómetros por hora. En el movimiento, las partículas, parecidas a piedras preciosas, corroen el material, dejando algunas de las partículas más pequeñas que al comienzo de su viaje. Estos granos pequeñísimos raspan las partículas del material corroído, dejando un túnel de espacio roído detrás de ellos. Las partículas raspadas caen, junto con el granate, dentro de un gran tanque de agua. El proce­so de corrosión es violento, pero cualquier persona pue­de acercarse a observar este fenómeno sin recibir más daño que un vapor fino en sus gafas protectoras. Esta co­rrosión acelerada se controla con una máquina tecnológicamente avanzada con una memoria tremenda y habi­lidad para calcular. Quienes conozcan la cortadura del chorro de agua con abrasivo reconocen, seguramente, es­ta descripción.

Las máquinas cortadoras de agua pueden cortar casi cualquier material existente. Durante más de una déca­da, las máquinas cortadoras de agua han cortado mate­riales tan diversos como plásticos, piedra, mármol, alu­minio, acero y titanio. Las máquinas cortadoras de agua se controlan con una computadora llamada controlador, que usa programas especializados para cortar. La cabe­za de la máquina que contiene el orificio y el tubo de en­foque se monta en un sistema cortador para una movili­dad de hasta 6 ejes. Durante el corte con abrasivo, se usa entre 272.2 g y 2 kg. por minuto de abrasivo (general­mente se trata del granate), dependiendo del tamaño de la bomba y de la velocidad de la cortadura. La presión del agua puede alcanzar hasta 4136.88 bar.

Las ventajas de la cortadura de la máquina cortadora de agua con abrasivo son numerosas. Este tipo de cor­tadura no deja una zona afectada por el fuego, no crea agujeros grandes del comienzo, no hay ninguna distor­sión del fuego y no existe ningún peligro serio para el ope­rador. Algunos materiales no se pueden cortar con el fuego, porque afectaría al material de una manera des­tructiva. Con la cortadura de abrasivo, las partes se pueden cortar en una línea común, guardando el material ca­ro. Cuanto más lenta sea la velocidad de la cortadura, más fina será la calidad en los dos lados de la abertura. La computadora incluso puede ser programada para re­tardarse en las esquinas y asegurar así una cortadura de alta calidad. Los consumibles en la cortadura de fuego son los ga­ses, los cuales se queman y no se los pueden recuperar ni recircular. Esto es lo que pasaba con el abrasivo en la cortadura del chorro de agua, de manera que las empresas gastaban miles de dólares estadounidenses cada mes para usar, alejar y desechar el granate.

Aparte de los ahorros obvios del abrasivo asociado con el WARD, están los ahorros en los gastos disminuidos de la limpieza del tanque y del alejamiento del lodo mineral. En este momento, las compañías de máquinas cortado­ras de agua tienen que parar su producción por un pe­riodo suficiente para permitirles vaciar el tanque del lodo, lo que crea bastantes horas de malgasto. El aleja­miento del lodo es otra expensa sufrida por la empresa, que se ve reducido gracias al WARD.

El número que sigue a la palabra WARD, simboliza la talla de la criba en pulgadas. Entonces, un WARD 24 usa una criba de 24 pulgadas/60.96 centímetros durante el proceso de lavar y separar. El WARD 24 es el primer sis­tema de recirculación en el mercado comercial, sin im­portar la clase de máquina cortadora de agua que se use.

 

“Las compañías que desechaban su abrasivo usado ahora pueden recircularlo, ahorrando miles de dólares cada me”



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